jueves, 27 de octubre de 2011

“Los Cacas”

“Los Cacas” son un movimiento cada vez más extendido que está arrasando hoy en día y que está basado en la falta de fortaleza. Lógicamente no me refiero a la física, sino a la mental. ¿No has pensado a qué poca gente le importa realmente poco que piensen los demás? ¿O que no se frene ante nada por un objetivo? ¿Conoces a alguno? Pues bien, si es así, quítalo del montón y lo restante seremos “Los Cacas”. Cuando hago referencia al “qué pensarán los demás” no quiero decir que no sea relevante lo que piensen, sino que no deberías darle tanta importancia. “Los Cacas” no son débiles en todos los aspectos, pero sí en algunos muy determinantes. Los hay que se empeñan en que todos no somos iguales, lo que puede generar falta de autoestima, los hay divorciados de la fuerza de voluntad (he ahí mi persona), lo que puede suponer que sólo nos interese lo fácil, y así, por poner un ejemplo más, también los hay sin espíritu de superación, lo que les puede hacer totalmente conformistas. Si reúnes una característica ya estás dentro.

Por si no lo habías deducido, ser de “Los Cacas” no es bueno para nadie. Dicho grupo es el fruto de una educación mediocre, que se ha ocupado de lo conceptual pero ha dejado poco espacio para unos buenos cimientos morales. El nihilismo imperante y la consecuente carencia de objetivos son el gran aliado de la debilidad, de nuestra débil sociedad. Estamos tan acomodados que cuando hay un problema de los gordos pretendemos, en vez de afrontarlo, hacer oídos sordos, porque si realmente hace ruido ya lo solucionaremos, qué remedio. Lo peor es que hay personas que no aguantan con sus problemas, no se sienten apoyadas y deciden quitarse la vida. Es algo realmente triste. Me da escalofríos el hecho de que una persona pueda tomar la peor decisión de su vida, quitándose del mundo para así intentar liberarse. ¿A dónde hemos llegado para que se piense de esta forma? Ya sé que no es un problema del presente, pero goza desgraciadamente de una mayor habitualidad en nuestros días. Más allá de la depresión, que es una enfermedad, me pregunto si las personas que deciden suicidarse saben realmente lo que es la muerte. Está claro que yo no he podido sentir todavía la muerte, pero algunas veces me he puesto a pensar en ella y he sentido profundo terror. Es paradójico que unos se suicidan por ser cobardes ante la vida y yo no podría hacerlo por ser cobarde ante la muerte. La verdad es que siempre he considerado que la muerte es un aspecto que está ahí, incontrolable, y algún día llega. No niego que existan tentaciones de quitarse la vida (que aunque a mí no me han llegado las hay), sino que no es comprensible el quitarse la vida. La primera razón es porque si eres cristiano estas ofendiendo a Dios, y la segunda razón es que no puedes tirar la toalla, no así. Como dice un dicho “nos caemos para levantarnos más fuertes”, y así debería ser.

No seamos “Cacas”, tenemos el deber de arropar con nuestro apoyo al compañero, de ser fuertes ante las circunstancias por muy negras que sean, de mantener la cabeza bien alta por lo que creemos y perseguimos porque así y solo así venceremos al temor y a sus consecuencias. Fortalezcámonos con aceptación propia, queramos con locura a nuestros seres queridos, aprendamos de los errores y enriquezcámonos con ellos, pero por favor, no nos dejemos ganar ante la vida, que nos dará muchos golpes.

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