lunes, 16 de febrero de 2015

Chapó.

          Da gusto. Yo que siempre me he metido con el cine español, siempre criticando el exceso de sexo para sacar algo de taquilla, siempre resaltando la mala calidad de las actuaciones, siempre a disgusto con la industria nacional. Pero creo que veo la luz, y es muy muy misteriosa. Ayer fui a ver "La Isla Mínima" y me quedé más que convencido de la mejoría del sector. Me alegra mucho. Me alegra que el cine español empiece a ganar ese espacio entre mis películas favoritas. Están ganando mucha calidad, y no es que lo hagan bien, sino que hacen películas realmente buenas, que atrapan, que entretienen una barbaridad, que hacen pensar. Ya no es absurdo ir al cine a ver películas nacionales más allá de Torrente. Yo que siempre he criticado ahora aplaudo y, aunque ni una ni otra cosa llegará a sus oídos, espero que mi contribución con unas cuantas entradas llene algo más sus bolsillos y estimule su ingenio para seguir haciéndolo por la dirección correcta del buen hacer, de la calidad. Chapó.

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